lunes, 18 de octubre de 2010

Los fantasmas pornográficos de Paul Verhoeven

El thriller sobrenatural-fantaterrorífico Eternal supone el regreso de Paul Verhoeven al terreno del cine fantástico. "¡Bien!", exclamarán todos aquellos que recuerden títulos como Robocop yDesafío total. "¡Oh, no!" estarán pensando los que hayan caído en lo mucho que se aburrieron con su última incursión en el género, El hombre sin sombra, en la que no quedaba ni la sombra de lo que había sido Verhoeven en el pasado.

Al cineasta le encanta explorar la parte más tórrida de sus tramas, por lo que a nadie le extrañará que al director de la digamos "subidita de tono" Instinto básico, y la más subidita aún hasta el ridículo Showgirls, ruede en esta ocasión una historia porno de fantasmas, y nos tememos que el hombre se concentre en el morbo y en responder a la pregunta de que si después de morir, un espectro puede seguir estando obsesionado con el sexo, pues dado su nivel de preocupación por el asunto, no parece probable que deje de estarlo por una cuestión banal como que el corazón le deje de latir.

El cineasta, que lleva sin dirigir desde El libro negro, de 2006,  volverá al tajo a mediados de 2011 con esta cinta sobre un alcohólico en rehabilitación que una noche se encuentra con una mujer a punto de saltar por un puente, y logra convencerla  de que es mejor acostarse con él que suicidarse. Por supuesto, se va 'al catre' con ella y tras una noche de pasión vuelve a casa con su legítima y abnegada esposa, porque hay que ser abnegada para aguantar a un marido que se corra esas juergas y ni la llame... El caso es que la pobre mujer le ha puesto un investigador privado al hombre, porque lógicamente no se fía un pelo de él, y éste ha traído fotos que demuestran que ha pasado toda la noche bebiendo como un cosaco en un bar.

Cuando se entera, el protagonista piensa que sigue estando bastante lejos de resolver sus problemillas con la botella o que directamente, se ha vuelto loco por completo, hasta que descubre que su ligue ocasional es un fantasma que pretende robarle su alma. Aún se desconoce quiénes serán los actores elegidos para dar vida al borracho terminal y a la fantasma salida.

La escena de la ducha

Verhoeven es un tipo muy peculiar. El hombre tiene que dejar su marca de fábrica incluso en Starship Troopers, adaptación de una novela clásica de ciencia ficción de Robert A. Heinlein  para Walt Disney en la que no pudo resistir llamar la atención con la escena de la ducha, muy diferente a aquella tan célebre de Hitchcock, pues consistía en que los marines, hombres y mujeres, se duchaban todos juntos.

Las declaraciones de Verhoeven sobre el rodaje de ese momento cumbre de su filmografía no tienen desperdicio. "Era algo que temían los actores. Como era en un interior, si llovía, podíamos rodar esta escena. ¡Siempre había falsos rumores de que había que rodarla y estaban todos asustadísimos! A los actores les daba algo de vergüenza actuar desnudos delante del equipo de rodaje y nos desafiaron a mí y al director de fotografía a desnudarnos, así que lo hicimos. (...). Me parece mal que en el ejército no se aplique la igualdad entre sexos. Lo dijo Platón: Si se quiere igualdad, hay que entrenar desnudos. Los militares parecen tener miedo de que la gente se ponga a besarse en vez de disparar". Ha pasado el tiempo y parece ser que nadie del ejército se ha hecho eco de esta 'curiosa' reivindicación de Verhoeven, al menos por ahora.

Unos años antes, Julia Roberts rechazó ponerse a las órdenes de Verhoeven para interpretar el papel que catapultó a Sharon Stone al estrellato en Instinto Básico. "Cuando  actúas vestida es interpretación. Cuando lo haces sin ropa es un documental. Y yo no hago documentales", comenta la actriz, que desde luego es bastante clarita.

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