lunes, 13 de septiembre de 2010

Trash entre amigos

¡Qué buenos que son!

¡Qué buenos que son!

¡Los actos culturales...

...que organiza Gallardón!

No dejes que un déficit pantagruélico te impida salir en los medios. En Madrid acabamos de celebrar a lo grande 'La noche en blanco', una cita imprescindible aunque tengamos un déficit equivalente al 26 por ciento de los municipios españoles. Así que Gallardón echa la casa por la ventana, para salir en todos los medios de comunicación (no, no estoy defendiendo que votéis a Lisaveski que puede ser también tremendo...).

Entre las genialidades de la Noche en blanco destacaron las miles de pelotas de playa de colores que un camión arrojó en la plaza del Dos de Mayo, para que los ciudadanos pudieran jugar con ellas, como hace el consistorio con nuestro dinero, una grúa de la que pendía una rueda-columpio que hubo que cerrar porque se vino abajo con varios niños montados causando el pánico, o las papeleras que se fabricaron para que pudiéramos encestar una pelotilla de papel.

Por suerte, entre los eventos de esa noche también hubo algo para los apasionados del cine fantástico y el 'underground'. En la Casa Encendida tuvo lugar a la hora de las brujas "Trash entre amigos", comentarios desquiciados sobre pelis delirantes. La idea es recuperar los tiempos en los que las películas eran mudas, cuando había un comentarista que podía mejorar sensiblemente la proyección gracias a su ingenio. Se ocuparon de 'mejorar' la película el director Nacho Vigalondo, Raúl Minchilena -responsable de la videoserie Reflexiones de Repronto-, el escritor Rubén Lardín, y el bloguero Señor Ausente.

Sin duda, es el tipo de proyección que espeluznaría a Carlos Pumares, al que le ponía de los nervios que alguien comiera palomitas o tosiera en medio de la película. Aquí, que los espectadores comenten algo en voz alta hace más divertido si cabe el film. Claro, que partimos de la base de que se proyecta una peli que vista en absoluto silencio no tendría ninguna gracia. Para adecuarse en la temática central de "La noche en blanco", el título elegido fue Los nuevos gladiadores, de Lucio Fulci(1984) una buena muestra del mejor cine italiano de ciencia ficción cutre y trash.

Desde luego, fue un exitazo... ¡si hasta había gente sentada en el suelo! La película mezclaba trozos de Mad Max, y por un momento parecía la versión cutre-italiana de Blade Runner. "La banda sonora se os va a meter en el cerebro y os puede afectar gravemente. Podéis estar varios días sin quitárosla de la cabeza", comentaba el Señor Ausente. "Si el Expresionismo alemán presagiaba la llegada de Hitler, todas las referencias a la televisión que tiene esta película italiana presagian, sin duda, la llegada de Berlusconi".

¿Habéis visto alguna vez un bodrio de peli con ese primo ingenioso cuyos comentarios son mejores que los diálogos del film? Pues eso es lo que se siente siendo espectador de "Trash entre amigos".

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