Aunque hemos tenido uno de los mejores años de cine español que se recuerdan (si hay hasta más de una película que se puede ver y todo), lo cierto es que parece que mandar alguna que nos represente en los Oscar resulta bastante complicado, como es habitual.
Este año han preseleccionado También la lluvia, que según cuenta todo el mundo, está bastante bien, pero que nos pone a los españoles a bajar de un burro. Va sobre unos que ruedan una película sobre lo peor que hicieron los conquistadores españoles. Así nos va, alimentando nosotros nuestra propia leyenda negra, que los ingleses no han tenido que esforzarse mucho por divulgar, si ya nosotros arrojamos piedras contra nuestras propias cabezotas.
También compite Lope, sobre la que ya he hablado sobradamente en este blog, y comenté por qué me parece que no funciona, básicamente, porque no se sabe qué quieren contar, ni cuál es el conflicto principal de la trama.
Por último han escogido una película buena, Celda 211, aunque me da la impresión de que, en fin, recurrir a una película 'de la temporada pasada' se hayan estirado las reglas o no, es un síntoma de que no tienen mucho dónde escoger, sobre todo desde que empieza a cantar la traviata el hecho de que desde que a Fernando León de Aranoa no le produce Elías Querejeta, sus películas no son lo mismo, ni de lejos. En fin, no está mal haber escogido Celda 211, aunque ya puestos podría haber competido con El verdugo e Historias de la radio, aprovechando que los yanquis no sitúan muy bien cuándo hemos estrenado nosotros las películas.
Luis Tosar leyó el acta donde se anunciaban las películas candidatas. Los votos han sido supuestamente contabilizados por un notario que no le había dicho a nadie de la Academia cuáles eran los resultados. El caso es que los tres títulos que salieron de la boca de Luis Tosar tenían algo en común: ¡la presencia del propio Luis Tosar! El hombre es protagonista o secundario de las tres películas. De vértigo.
Me recuerda aquellos tiempos en que era imposible ver una película sin Antonio Resines, o en otra época determinada una en la que no saliera Alfredo Landa. Ahora hay que currárselo para ver cine patrio sin Luis Tosar.
Un tío muy majo, que conste, no tengo nada en contra suya. Pero la 'casualidad' da que pensar. Este fin de semana me encontré en un famoso cine madrileño de versión original a una veterana de las entrevistas de cine que ahora trabaja en el departamento de comunicación de la Academia, así que le pregunté sobre el asunto. Asegura que es todo casual, que llamaron a Luis Tosar para leer el acta, porque fue el último ganador del Goya al mejor actor, por Celda 211.
Yo me lo creo todo. También que casualmente la película de Álex de la Iglesia, al que su amiguete Quentin Tarantino acaba de darle el premio a la mejor dirección y al mejor guión en Venecia, no vaya a los Oscar, pero sí a los premios Ariel mexicanos. Casi siempre coinciden los tres títulos, porque los votantes no se ponen a pensar si una película gustará más en México que en Estados Unidos y me consta que se suele votar a las mismas, salvo este año.
Pues bien, en el fondo ha tenido suerte Álex de la Iglesia de que se le votara sólo para los Ariel, porque, ¿no habrían escrito muchos artículos malévolos si la Academia manda a los Oscar la película de su propio presidente? Habría sido un poco sospechoso y los periodistas somos muy malpensados.
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