Sí, ya sé que estoy estirando mucho el chicle, y que corro el riesgo de aburrir a las moscas con una entrada tan repetitiva. Pero hay que correr ciertos riesgos en la vida.
Emir Kusturica
Edward y Bella están a punto de casarse. Para que sea más original, deciden celebrar la boda junto al Danubio, en Serbia, con los primos gitanos de Edward. La ceremonia dura dos días, y Edward y Bella se pasan toda la película bailando música folclórica gitana con muchos tipos vestidos de negro.
Ken Loach
Edward y Bella están a punto de casarse. Pero los familiares no apoyan la boda, porque ella es demasiado joven, así que no tienen un duro para organizarlo todo. Obsesionado con que su futura esposa tenga un buen traje de novia, Edward se dispone a hacer cualquier trabajo, como transportar mercancías en su furgoneta, pero por desgracia se la roban, y tiene que trabajar desatascando desagües con unos obreros británicos. Finalmente piden un crédito para poder casarse, pero las letras que tienen que pagar cada mes les hunden aún más en la miseria. Tienen un bebé, pero se lo quitan los asistentes sociales. Ella acaba haciéndose adicta a la heroína y muere de sobredosis. Desesperado, el vampiro se vuelve loco, y tiene alucinaciones en las que habla con el futbolista Eric Cantona.
Abbas Kiarostami
El vampiro Edward Cullen busca a Jacob, el hombre lobo, en diversas casas del pueblo. Cada vez que le abren la puerta pregunta, "¿vive aquí el hombre lobo?". "No", le responden, así que se va a otra casa. "¿Vive aquí el hombre lobo?". "No". Transcurre así toda la película. Al final, localiza a Jacob en lo alto de un monte, a donde se accede por un extenso camino que rodea la ladera. Un largo plano secuencia muestra a Edward subiendo a tiempo real con gran parsimonia durante 30 minutos hasta que por fin llega a la cima y pregunta "¿Quieres ser mi padrino de boda?", y el hombre lobo contesta: "no". Así que Edward se da media vuelta, y la película no acaba hasta que no vuelve a bajar del todo otra vez. El film obtiene la Palma de Oro en Cannes.
David Lynch
Edward Cullen se acerca a cámara lenta al tiempo que saluda con la mano. Un cervatillo cruza por el bosque mientras suena un rock'n'roll alegre de los años 50. Su imagen se funde con la de un payaso que ríe de forma siniestra, mientras la música deja paso a un sonido distorsionado que da mucho miedo. Un hombre se quema a lo bonzo en medio de una plaza. Bella Swank está sentada con Jacob, el hombre lobo, en un club nocturno. Ambos comen donuts, aunque en su mesa hay tantísimos donuts que podrían alimentar a cuarenta personas. Al escenario (decorado de color rojo) sale un enano que canta un tema musical melancólico. El hombre lobo se ha transformado y llora. El enano se acerca al micrófono y dice con una voz misteriosa: "la clave de todo está en los altramuces". Cahiers Du Cinema la califica de obra maestra, y publican un número especial de doscientas páginas que explica con pelos y señales la película.
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