Las películas eran bastante friquis. Todas. Enhorabuena a los seleccionadores.
Hemos visto un aceptable, aunque morboso thriller, The Disapearance of Alice Creed, con Gemma Arterton y Andy Serkis, del director J. Blakeson, a quien la crítica ha bautizado como "el nuevo Danny Boyle". En fin, las comparaciones son odiosas, pero su trabajo no estaba mal. Conviene no desvelar mucho, pero va de dos friquis que secuestran a una chica. También hemos tenido una cinta de animación japonesa ligera pero divertida, Summer Wars, en la que los protagonistas se jugaban el destino del mundo al koi-koi, un juego de cartas.
Quien mejor me lo hizo pasar fue el realizador de Hong Kong Jonnie To, que ha rodado una película genial, Vengeance, protagonizada por el legendario roquero francés Johnny Hallyday, a sus 66 años de edad. El hombre interpreta a un anciano con alzheimer que intenta vengarse de los tipos que han tiroteado a su hija y su familia. Con hallazgos geniales, relativos a una magistral secuencia con un abrigo, otra de una bicicleta y una en una chatarrería, me devolvió a mi infancia, cuando disfrutaba con películas "de tiros" de directores como Sergio Leone.
La película estrella de la muestra fue Splice, oscura cinta de terror de Vincenzo Natali que a mí me recordó muchísimo más al cine de su productor, Guillermo del Toro. Malsana, insana, enfermiza y "chunga" revisitación de "Frankenstein", gira en torno a la ética en la investigación científica. Podría haberla rematado mejor, pero no cabe duda de que es un interesante film de terror, con dos grandes actores: Adrien Brody y Sarah Polley.
Por último, estuve viendo Cold Souls, primer largo de Sophie Barthes, muy en la línea de Cómo ser John Malkovich. Paul Giamatti ofrece una lección interpretativa, haciendo de sí mismo en un momento en el que está a punto de estrenar un montaje de "Tío Vania" de Chéjov. Como está muy agobiado, decide recurrir a una empresa que descubre en un reportaje de "The New Yorker", que le ofrece extraer su alma de su cuerpo, y guardársela hasta que acaben las representaciones.
Desde luego la muestra ha tenido un éxito de asistencia tremendo. Para ver la película del sábado a las 22.15, Splice, ya no quedaban entradas a las 19.00. El público es una de las razones de que me guste tanto esta muestra, pues está formado en su mayor parte por apasionados del cine de terror y ciencia ficción, y eso se nota. Cuando los títulos de crédito de una película señalan el nombre de un director o un actor que adoran, aplauden efusivamente. Si la película tiene un giro genial o algún momento "friqui", ríen y aplauden. ¡Es más divertido ver una película allí que en ningún sitio!
Entre los asistentes a la proyección de Splice había algún que otro director español, asociado al terror o al thriller. Aparecieron Paco Plaza(Rec), Rodrigo Cortés (autor del thriller Buried) y Eugenio Mira(Agnosia).
Por cierto, los friquis son (somos) bastante insolidarios. La proyección del film de Johnnie To coincidía con "La hora del planeta". La presentadora anunció en broma que a las 8.30 se pararía la proyección durante una hora para sumarse a esta iniciativa, y fue abucheada. Algunos hasta hacían bromas al respecto en voz alta. "¡Que se muera el planeta!".
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