El periódico se asombra de la repentina popularidad del nombre Cullen, que ya existía antiguamente, pero que ahora se ha hecho popular gracias a que es el apellido de Edward Cullen, el vampiro que interpreta Robert Pattinson en la saga. Cullen es el nombre que más ha crecido en popularidad, hasta el punto de que ha subido 300 puestos desde el año anterior.
O sea le ponen a los recién nacidos un nombre de no muerto. Si yo quisiera poner Nosferatu a un futuro hijo mío, posiblemente mi hipotética pareja me daría unos cuantos guantazos, y con razón.
¿Acaso los padres no se han dado cuenta de que los niños son bastante malos? Yo mismo era uno de esos niños pérfidos, y si un compañero del 'cole' se llamara como el vampiro de Crepúsculo, seguro que me pasaría el día amenazándole con un crucifijo.
Yo soy partidario de prohibir los nombres con mala leche, que puedan perjudicar a los niños. Por ejemplo, debería estar castigado con penas severas lo que hizo aquella inconsciente que le puso a su retoño 'Kevin Costner de Jesús'. ¡Este año está de moda ponerle a tu hija Belén-Esteban! También se debería encarcelar a aquellos 'humoristas' que combinan el nombre con el apellido del bebé, para crear aberraciones estilo Margarita Flores del Campo -en plan ecologista- o Elena Nito del Bosque -el caso más popular-. Os juro que tuve un compañero que se llamaba Miguel La Granja San Francisco. ¡Si te apellidas La Granja ten un poco de vista! ¡No te eches una novia que se apellide San Francisco, por Dios! Y si estás enamoradísimo y no puedes evitarlo, haz el favor de recurrir a la abstinencia sexual.
Además, siempre me han parecido especialmente perversos y retorcidos los progenitores de estos 24 pobres desgraciados que se llaman Manolo Escobar. Si tu apellido es Escobar, nunca jamás pongas a tu hijo Manolo, hombre, ten un poco de humanidad. Estoy seguro de que durante su infancia les cantaban a todas horas el Porrompompero y que ahora tendrán pesadillas.
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