martes, 11 de mayo de 2010

Finaliza mi película de terror personal pero, ¿habrá secuela?


Cuentan que en Holanda, las madres amenazan a sus hijos con que si no se comen la sopa vendrá a por ellos el Duque de Alba. Yo pienso que deberían enseñarles mejor una foto de la duquesa de Alba, y seguro que el niño se come hasta la cuchara y la mesa, por si acaso.

Si yo tengo alguna vez un niño, he encontrado un método estupendo para que se aterrorice y coma. ¡Le diré que si no se come el cocido le voy a nombrar presidente de la comunidad de vecinos!

Después de un año de padecimientos, hoy por fin finaliza mi película de terror. Mis amigos me dicen que todos tenemos que apechugar, que alguien tiene que serlo. Será porque ellos no tienen una comunidad de vecinos similar a la más inquietante que ha dado la historia del cine, la de El quimérico inquilino, de Polanski. Además, yo es que he tenido mala suerte, porque en todos los años que llevo viviendo en mi cutre edificio, lo máximo que ha tenido que hacer el presidente ha sido cambiar una bombilla, o repartir los recibos del agua.

Pero nada más salir yo elegido, ha habido que hacer obras de rehabilitación del edificio, ir a buscar empresas que hicieran la obra con un precio que me permitiera no arruinarme hasta el fin de mis días, pedir subvenciones, y lo peor, organizar reuniones para ponerlos a todos de acuerdo. El infierno no puede ser muy distinto a esto.

Me han estado dando guerra hasta el final. El domingo pasado bajaba la escalera sin hacer mucho ruido, cuando una señora abrió la puerta justo cuando pasé al lado (debía haber estado toda la mañana mirando por la mirilla a ver si me veía). Me agarró con las dos manos y me dijo:

–¡Por fin te pillo! ¿Dónde te has metido durante la semana? –Es que no suelo estar mucho en casa, soy un 'pringao' que trabaja de sol a sol.

La señora estaba echando tanto humo por la boca que parecía el volcán de Islandia.

–Creo que te estás escondiendo. ¡Te has tenido que dar cuenta de que la antena de televisión no funcionaba! Es imposible no haberse dado cuenta. No se ve Tele 5. Es una gran tragedia. ¡Tienes que llamar a los antenistas corriendo! ¡Es una emergencia!

Yo traté de explicarle que no veo la tele...

–No te creo. Me he enterado de que eres periodista, así que seguro que ves a los otros periodistas, como Belén Esteban.

Pero al fin he organizado hoy la reunión en la que le cedo la presidencia a mi sucesor. La pesadilla está a punto de acabar... ¿o no?

Desde el final de Carrie, cuando la protagonista sacaba la mano por la tumba, toda buena película de terror que se precie suele acabar con una secuencia sugerente de ese tipo, que indique que la amenaza no ha acabado... En mi caso, me he enterado de que mi sucesor no ha pagado no sé cuántos recibos de la derrama y no se le puede elegir. ¿Tendré que quedarme con el puesto?

Éste sí que ha sido listo. No paga y encima se libra de ser presidente. Si pretenden elegirme otra vez, diré que no pienso pagar el mes que viene.

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