Por otro lado, si sitúas perfectamente a Gary Busey, como yo (lo reconozco), tienes el dudoso honor de ser un "friqui". Ves demasiadas películas y debes replantearte tu vida, al igual que quien suscribe.
Las personas normales recordarán el rostro de Gary Busey, inconfundible por sus enormes dientes, porque fue el malo de Arma Letal, ha aparecido en títulos como Carretera perdida y Alerta máxima, y ha rodado varias decenas de películas que no hemos visto nadie, destinadas a las estanterías de los videoclubs más cutres. Destaca, por mala,Valle de lobos-Irak, versión turca de Rambo criticadísima por su antisemitismo, porque era un malvado cirujano israelí que extirpa córneas de los soldados iraquíes muertos para venderlas.
A Busey -que además actúa en la ya comentada en este blog Piraña 3DD, que también será fina- le han puesto de patitas en la calle por sus comentarios groseros a una de sus compañeras de trabajo, y por su comportamiento horrible, que ha provocado que el director prefiera volver a rodar las escenas donde intervenía desde el principio y reescribir el guión, antes que seguir soportándole.
Busey de vez en cuando protagoniza episodios lamentables como cuando en los Oscar de 2008 interrumpió una entrevista con Jennifer Garner en directo en la alfombra roja para besar a la actriz, que estaba horrorizada, en el cuello.
Al parecer, todo esto se explica porque el pobre sufrió un accidente de moto en 1988, y sufrió daños cerebrales por no llevar casco. Además, posteriormente se le ha ido la mano con las drogas. Al final se ha convertido en mi personaje favorito de toda su filmografía, Dell, uno de los protagonistas del olvidadísimo film de Joel Schumacher Los locos del taxi, donde un tipo le preguntaba: "¿Fumas porros, Dell?".
Con una pinta de 'colgado' increíble, los ojos cegados, y el pelo de punta contestaba: "No me acuerdo"
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