miércoles, 25 de mayo de 2011

"Piratas del Caribe 4": Algo pasa con el 3D

Comentaba hace varios posts que el 3D no tardaría en mostrar síntomas de agotamiento porque si bien al principio suscita curiosidad, acaba cansando –sobre todo cansa que te cobren un pastón en la taquilla–. Pues bien, se confirma esta tendencia con Piratas del Caribe: En mareas misteriosas que han obtenido un buen botín, pero muy inferior a las primeras previsiones, también en España.

En total Johnny Depp y Penélope Cruz han recaudado un 27% menos que la anterior entrega, y han ido a verles un 42% menos de espectadores, que posiblemente estarían apoyando a los #indignados de Sol.

Dicen los analistas que la tendencia ha sido ir a verla en 2D, lo que no me extraña porque los precios para verla en 3D suben de forma indignante cada vez más. Además, los apasionados del cine ya se han dado cuenta de que los colores en las proyecciones tridimensionales salen muy apagados. A mí –que me da un poco de dolor de cabeza el asunto– me resulta mucho más placentera  la proyección convencional.

Cuentan al respecto de este asunto los hermanos Farrelly, los de Algo pasa con Mary, que fueron a un pase promocional de su última comedia, Carta blanca, a un cine de Boston. Resulta que descubrieron que los proyeccionistas tienden a dejar puestas en las proyecciones normales las lentes que se usan para las películas en 3D, por lo que la luminosidad empeora sustancialmente. Dicen los Farrelly que la película se proyectó "tan oscura que apenas podía verse nada". Y además, Peter Farrelly llega a la siguiente conclusión: "Si son capaces de proyectar de forma tan chapucera en un pase para la gran industria, ¿qué no harán cuando vaya el público normal?".

Un periodista yanqui trató de contactar con las cadenas de cine que por lo visto incurren en esta irregularidad. Sólo le contestaron de AMC: "No tenemos realmente ninguna política oficial ni extraoficial para no cambiar las lentes". O sea que les trae "al pairo" cómo nos ponen las películas.

En costas extrañas
Lo que me ha dejado anonadado de la cuarta entrega de los piratas, es que el productor Jerry Bruckheimer compró los derechos de la novela de Tim Powers "En costas extrañas", de 1987, y la han usado para componer la trama central de la cinta. 

Adoro al especialista en novela fantástica Powers, que me descubrió hace muchos años, cuando íbamos a la facultad mi amigo Raúl Núñez Rolo, y me ha resultado un tanto indignante este asunto. En la novela no sale Jack Sparrow, porque cuando se escribió faltaba más de una década para que le inventaran, y el protagonista es un titiritero llamado John Chandagnac. En realidad sólo han dejado del libro la premisa (Barbarroja busca la fuente de la Eterna Juventud), y también que usan el vudú, y todo lo demás es distinto.

Pero me parece que tienen un poco de morro. Es como si compran los derechos de Los hombres que no amaban a las mujeres para la próxima película de Indiana Jones y Harrison Ford le quita el ordenador con el látigo a Lisbeth Salander. La falta de creatividad resulta cada vez más alarmante.

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