En total Johnny Depp y Penélope Cruz han recaudado un 27% menos que la anterior entrega, y han ido a verles un 42% menos de espectadores, que posiblemente estarían apoyando a los #indignados de Sol.
Dicen los analistas que la tendencia ha sido ir a verla en 2D, lo que no me extraña porque los precios para verla en 3D suben de forma indignante cada vez más. Además, los apasionados del cine ya se han dado cuenta de que los colores en las proyecciones tridimensionales salen muy apagados. A mí –que me da un poco de dolor de cabeza el asunto– me resulta mucho más placentera la proyección convencional.
Cuentan al respecto de este asunto los hermanos Farrelly, los de Algo pasa con Mary, que fueron a un pase promocional de su última comedia, Carta blanca, a un cine de Boston. Resulta que descubrieron que los proyeccionistas tienden a dejar puestas en las proyecciones normales las lentes que se usan para las películas en 3D, por lo que la luminosidad empeora sustancialmente. Dicen los Farrelly que la película se proyectó "tan oscura que apenas podía verse nada". Y además, Peter Farrelly llega a la siguiente conclusión: "Si son capaces de proyectar de forma tan chapucera en un pase para la gran industria, ¿qué no harán cuando vaya el público normal?".
Un periodista yanqui trató de contactar con las cadenas de cine que por lo visto incurren en esta irregularidad. Sólo le contestaron de AMC: "No tenemos realmente ninguna política oficial ni extraoficial para no cambiar las lentes". O sea que les trae "al pairo" cómo nos ponen las películas.
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