Así las cosas, aquel tipo se vio relegado a fregar los platos, limpiar la ciénaga y hacer deberes pendientes, como ver alguna serie de temática fantástica para escribir sobre ella en su blog. Esta semana AXN ha estrenado en España Érase una vez, y él tenía ganas verla, aunque sólo fuera porque sus creadores,Adam Horowitz y Edward Kitsis, fueron dos de los guionistas de Perdidos.
Goza de gran éxito en Estados Unidos...
Los críticos la ponen bastante bien...
El chico tiene amiguetes a los que les encanta esa serie...
Abundan las referencias a Perdidos, pues la prota lleva una pegatina en el coche de Geronimo Jackson, el grupo ficticio de la serie de la isla, y se va a un pueblo donde el reloj de la plaza está siempre parado a las 8:15 (¿homenaje al vuelo 815 o simple paranoia del que escribe?), etc.
La cosa prometía, sin duda...
Pues bien, a pesar de todo eso le pareció un soberano tostón. No le echó la culpa a la serie, pues la factura técnica era excelente, y contaba con buenos actores. Pensó que posiblemente el problema era él.
Quizás es que después de haber vibrado literalmente con las dos primeras temporadas de la redonda Downton Abbey, a aquel individuo no le volvería a gustar nunca jamás otra serie. O puede que echara de menos haber ido a comprobar si la princesa se despertaba con un beso, aunque tendría que haber regresado antes de las doce, cuando su abono transporte se convertiría en una calabaza.
El caso es que todo lo que aparecía en pantalla le aburría. En una secuencia Blancanieves y el príncipe iban a ver a la cárcel a Rumpelstilskin (o como se llame) para que les diera información, y éste acepta a cambio del nombre de su futura hija. Pues a aquel espectador le sonaba que ese tipo de mezcla le había hecho mucha gracia cuando lo vio en Shrek, y que luego le fue agotando sucesivamente con sus cansinas secuelas y spin-offs: Shrek, felices para siempre, Shrek Tercero, Shrek, nos estamos forrando a tu costa, Ahora el Gato con botas tiene su propia peli, o El burro de Shrek. Hacía muy poco el bloguero ceniciento estuvo viendo Grimm, un tostón que iba en la misma onda, así que le daba pereza tragarse otra vez un rollo similar.
Con tantas series por ver, nuestro protagonista no tiene paciencia, como mucho para un episodio, pero uno y no más. Le desea a los guionistas que tengan éxito y coman perdices, pero desde luego ésta no es su serie.
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