miércoles, 11 de enero de 2012

El Drácula cordobés

Universal, legendaria productora sobre todo en el terreno del terror, celebra por todo lo alto su centenario. Anuncian un logotipo especial para conmemorar la efeméride, una gala de celebración y diversos eventos y la restauración de las que consideran las películas más representativas de la compañía. Entre ellas está Drácula (1931), con Bela Lugosi, pero me ha conmovido especialmente que se anuncie que también se recuperará la versión española de la misma película, casi idéntica, salvo porque no sale Bela Lugosi, sino el actor cordobés Carlos Villarías.

Como la gran mayoría sabréis, en los primeros tiempos del cine mudo no se sabía muy bien qué hacer para distribuir en numerosos países las películas hasta entonces mudas, por lo que se podían cambiar los rótulos y punto pelota. En un primer momento se pensó que lo mejor era directamente rodar otras versiones de la misma película en diferentes idiomas.

A veces se encargaba el mismo equipo, incluso los mismos actores, como los inolvidables Stan Laurel y Oliver Hardy, El Gordo y el Flaco, que sin tener ni pajolera idea de español se aprendían las frases y las pronunciaban como buenamente podían con su marcado acento yanqui: "Oye, Oli, ti-en-go una llia-ma en el pul-gar".

Para el humor no estaba mal, pero para evitar que las películas de terror fueran un despiporre, se optó por usar actores diferentes que sí conocieran el idioma. Es lo que pasó con Drácula (1931). A las dos de la tarde, tras rodar sus tomas, Bela Lugosi se iba a su ataúd, y le sustituía el citado intérprete andaluz. Había también otro equipo de técnicos, puesGeorge Melford sustituía a Tod Browning, el director.

¿Mejor que Lugosi?

Se supone que la película debía ser la misma. Sin embargo, y lo mismo me pegan por ello, pude ver el film de Carlos Villarías en la 'Filmo', y me pareció mejor que el de Lugosi, opinión que por cierto comparto con el estudioso del cine Roman Gubern. 

Tiene el mismo guión que la otra, y sin embargo, dura media hora más porque algunos actores tardan muchísimo en decir sus diálogos. Sin embargo, y aunque es un tanto excesivo, Villarías me resulta más cercano que Lugosi y la película me pareció más ágil y dinámica, posiblemente porque el director podía ver el material rodado del día y mejorarlo.

Por cierto, imagino que un vampiro cordobés será inmune al ajo. Desde siempre se habrá alimentado de la sangre de paisanos que se habrían puesto hasta arriba del típico salmorejo, que suele ir bien cargado de ajo. Tampoco creo que le afecten mucho los crucifijos, si ha crecido en un sitio donde tienen tantísima tradición la Procesión del Rescatao y demás manifestaciones religiosas de Semana Santa, mientras que el 3 de mayo se celebra muchísimo la impresionante Fiesta de las Cruces.

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