lunes, 19 de diciembre de 2011

Misión mucho más que imposible

Ponga la máxima atención, porque sólo podrá leer este texto una vez:

Chan... chan... chan... chan... chan... chan...


Conseguir que nos interesase una nueva entrega de las peripecias del agente Ethan Hunt no era una misión imposible, era una misión que ni con la ayuda de un milagro de la Virgen de Lourdes. No sólo se ha sobreexplotado la saga, sino que su protagonista, Tom Cruise, ha acabado convirtiéndose en una caricatura de sí mismo hasta el punto de que ya ni da entrevistas en las giras promocionales de sus películas, sólo firma autógrafos durante horas y se fotografía hasta con la duquesa de Alba y su nuevo marido...


Su misión, si decide aceptarla, consistirá en dirigirse al cine más cercano, infiltrarse como si fuera un espectador en la proyección de Misión imposible: Protocolo fantasma, comprar palomitas y tener fe en el autor de este blog.


Chan... chan... chan... chan... chan... chan...


Como el tiempo es oro, hemos seleccionado a su equipo por usted:


1. El productor ejecutivo J.J. Abrams, un trilero capaz de tener a todo el mundo mirando sin pestañear a ver dónde se esconde la bola en las diferentes temporadas de Perdidos, sin que nadie sospechara que en realidad no estaba en ninguna parte.


2. El director Brad Bird, responsable de las geniales El gigante de hierroLos increíblesRatatouille, y el episodio del Actor Secundario Bob de Los Simpson, un funambulista que con una barra en las manos, pero sin red, se desliza por la cuerda floja en el más difícil todavía de triunfar con su primera película de imagen real.


3. El despiparrante Simon Pegg, que repite en la franquicia, y parece ese amiguete siempre divertido que además ofrecerá a los más friquis la impagable sensación de que en realidad está deseando que la misión imposible se resuelva para volver al Winchester, a tomarse unas pintas a salvo de invasiones de zombies no deseadas.


Chan... chan... chan... chan... chan... chan...


Por supuesto, contará usted con los más espectaculares gadgets como un proyector flipante que hace creer a cualquier vigilante que una pantalla deslizante es en realidad la pared de enfrente (hay que verlo para creerlo) y unos guantes que permiten a cualquier miembro de la Iglesia de la Cienciología deslizarse cual Spiderman por la fachada del hotel Burj Khalifa, una impresionante torre de Dubai.


Chan... chan... chan... chan... chan... chan...


Si con algunas secuencias del film no puede usted reprimir un gemido de asombro, y el acomodador insiste en echarle del cine, negaremos por completo que le conocemos y se las tendrá que arreglar usted solito.


Por cierto, este mensaje se autodestruirá, así que aléjese inmediatamente del ordenador.


¡Tiroriiiiiiiiiiiii! ¡Tiroríiiiiiiiiiii! ¡Dun dun!


Mientras se autodestruye, puede usted mirar el genial tráiler falso “Don't” que rodó Simon Pegg con Edgar Wright, tras el éxito de Zombies Party, para el díptico Grindhouse.


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