Resulta que se ha hablado mucho de Green Lantern, la película de Ryan Reynolds, que va a ser uno de los grandes blockbusters de la temporada y que ésta es otra, que también tiene como protagonista a un superhéroe vestido de verde, y que está dirigida por Michel Gondry, ilustre creador de ¡Olvídate de mí! y Rebobine, por favor.
Pocos días después he tenido la suerte de conversar con Gondry. El ilustre cineasta –capaz de resolver en pocos segundos el cubo de Rubik, ¡con los pies!– se queja de lo siguiente: cada vez que se encuentra con un conocido y le explica que está haciendo una película sobre un superhéroe verde, siempre le pregunta qué tal es trabajar con Ryan Reynolds.
Entiendo que debe ser un poco frustrante que pase eso, pero imagino que también tiene un lado bueno. La película ganará espectadores que irán a ver a Ryan Reynolds, y se encontrarán con el 'graciosete' Seth Rogen, pero cuando se den cuenta del error, ya habrán pagado su entrada.
Ya contaba recientemente El blog de Hildy que el aluvión de superhéroes en las pantallas es enorme. Resulta que hay tantos que hasta repiten el color de su indumentaria, ¡con lo variada que es la escala cromática! Esto se empieza a parecer a “El supergrupo”, uno de los mejores álbumes de “Superlópez”, donde había superpoblación de héroes en pijama y hasta tenían su propio banco y todo.
Tuve la ocasión de preguntarle si le resultó difícil hacer una película bastante comercial a un tipo conocido por películas tan surrealistas y personales como Olvídate de mí. "Fue mucho más fácil de lo que pensaba. Me llamaron unos ejecutivos de Hollywood y me preguntaron si yo era capaz de rodar una película comercial. Les dije que sí, ¡y se lo creyeron! Luego me sentía un poco obligado a ser más comercial, claro, ¡después de haberles dado mi palabra!", me comentó el cineasta.
Nacido en Versalles, Gondry habla un inglés ininteligible con marcado acento francés. ¡Por lo visto, en Hollywood no le entendía nadie! Cuenta Cameron Diaz que el único que 'pillaba' algo era curiosamente el taiwanés Jay Chou, coprotagonista de la cinta, que apenas chapurrea el inglés y porque se aprendió la transcripción fonética de sus diálogos de la cinta. Curiosamente, los que hablamos mal inglés nos entendemos mejor porque reconocemos la desastrosa pronunciación del otro. “Después de una larga parrafada, con instrucciones acerca de la película, miro a los actores, ¡y resulta que están traduciéndose unos a otros lo que acabo de decir!", explica asombrado Gondry.
En fin, os dejo con este vídeo. Tras aquel tan famoso en el que resolvía el cubo de Rubik con los pies, ahora lo hace con la nariz.
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