lunes, 29 de noviembre de 2010

A Peter Jackson le crecen los hobbits

El rodaje de “The Hobbit” está siendo toda una odisea. A Peter Jackson no paran de crecerle los enanos y los hobbits. A este paso va a ser una película maldita. En primer lugar, los problemas económicos de MGM retrasaron tanto el rodaje que el director inicialmente previsto, Guillermo Del Toro, se cansó de esperar y abandonó el proyecto. Poco después, Peter Jackson tomó las riendas como realizador, pero sufrió un boicot por parte de los sindicatos de actores, que pedían firmar un acuerdo sobre los salarios de sus asociados con los productores del film, circunstancia que estuvo a punto de provocar que Jackson desistiese de rodar en Nueva Zelanda y se fuera con su película a otra parte.

Cuando creíamos que los problemas habían terminado, Peter Jackson ha topado con la corrección política. Esto parece casi un rodaje del gafe más gafe de todos los gafes, o sea Terry Gilliam, el gran encadenador de desgracias, en lugar de una película de Peter Jackson. La nueva polémica ha sido desatada por Naz Humphrey, una mujer británica, de origen paquistaní, de piel marrón, y supuestamente ‘fan’ de J.R.R. Tolkien y “The Hobbit”. Cuenta Mrs. Humphrey que como mide metro y medio  se considera idónea para hacer de hobbit, y estaba deseando convertirse en extra de la nueva película, pero el director de casting dio al traste con sus aspiraciones. “Básicamente nos dijo que no quería a nadie que no fuera de piel pálida”, comenta.

Al parecer, el asunto ha tenido cierta repercusión mediática, se ha emitido un vídeo del director de casting pidiendo gente pálida, y se ha creado un grupo en Facebook llamado “Hire hobbits of all colours! Say no to hobbit racism” (¡Contratad hobbits de todos los colores! ¡Di no al racismo hobbit!).

Así que finalmente Peter Jackson, que debe estar harto de complicaciones absurdas, ha ‘fingido’ excusarse, para ver si le dejan rodar la película de una vez. Ha declarado públicamente que no estaba al tanto de las restricciones de la audición (sí, ya, como si no controlara al milímetro cada aspecto de sus películas ‘tolkienianas’), y calificó el incidente de ‘error desafortunado’. “Nunca dimos este tipo de instrucciones. Todas las personas que cumplan con la edad y la altura requeridos son bienvenidos a la audición”, comentó un portavoz de Peter Jackson.

En mi humilde opinión, la corrección política nos va a llevar a la idiotez más absoluta. Yo no tengo nada obviamente contra los actores de origen pakistaní, ni de ninguna otra raza, pero, ¿por  qué los habitantes de Hobbiton tienen que ser ahora representativos de todos los grupos étnicos? ¿Debería haber también hobbits gays para contentar a todos? ¿Y los elfos? ¡Esos son todos rubios y altos! ¡Eso sí que es racismo! ¡Tendría que haber elfos chinos!

Dicen algunos puristas de los libros de Tolkien que los hobbits representan una interpretación mitológica del pueblo de Inglaterra, un lugar donde hasta hace no mucho, todos los habitantes eran de raza caucásica y superpálidos. De ahí que en su derecho de interpretar la novela como quiera, y haciendo uso de su libertad creativa para rodar la película que ha imaginado, Jackson pueda contratar a quien le dé la gana. Es como si yo exigiera salir en una película de samurais japoneses de la época feudal, porque tiene que haber representantes de todas las razas entre los samuráis, ¿no? ¡No a la discriminación samurái!

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