Aunque tendría gracia encontrarse dando un paseo por la Gran Manzana a Lara Croft, que pese a no ser real, sino un personaje de videojuego, está de muy buen ver, los muñecos que salen en el corto son más antiguos y les traerán recuerdos nostálgicos a los que estén cerca de los 40 años: el inolvidable comecocos, Donkey Kong, los marcianitos de Space Invaders, y hasta han encajado en la trama las piezas del Tetris, tan adictivo que uno soñaba por las noches con figuras que caían y caían y que había que colocar. ¡Deberían haberlo prohibido!
Posiblemente la gente más joven se sorprenderá si les cuento -atención a la "batallita de marcianos"- que en los primeros tiempos de los videojuegos éramos unos pobres desgraciados que no teníamos en casa la Xbox, así que íbamos a los bares, donde había máquinas que costaban un fortunón para la época, cinco duros, que era como se llamaba en mis tiempos a las monedas de 25 pesetas (la moneda que había antes). Total, que un grupete de varios mirábamos mientras uno jugaba y tenía que asegurarse de que no le mataran en el juego, porque no había presupuesto para jugar muchas más partidas.
Como siempre, en Hollywood andan sedientos de ideas, más que nada porque si tienen tirón producen pingües beneficios en taquilla. Así, según informa The Hollywood Reporter, Adam Sandler, a través de su productora Happy Madison se ha apresurado, aquí el que no corre vuela, a adquirir los derechos del corto, antes de que se lo pise Will Smith, y ha puesto a un amiguete, Tim Herlihy, ex guionista del Saturday Night Live, a escribir rápidamente un libreto que extienda la trama para que dé lugar a un largometraje de hora y media. Misión imposible, porque desde luego el corto es genial, pero para tres minutos, en cualquier caso, habrá que darle un voto de confianza a Herlihy, porque escribió para Sandler la divertida comedia nostálgica de los 80 El chico ideal, así que me merece un respeto.
Por cierto, si no habéis visto el corto, no os lo perdáis. Hacedme caso por un día.
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