Kung Fu contra los siete vampiros de oro tenía un título profético, pues parece que los vampiros son de oro, efectivamente, en los últimos tiempos. Leo en The Hollywood Reporter que los mordiscos de los chupasangres de Hollywood han recaudado la friolera de 7000 millones de dólares desde Crepúsculo hasta ahora, contando series como True Blood, The Vampire Diaries y similares. Ha dado dinero incluso Híncame el diente, una parodia de las hazañas de Robert Pattinson y compañía, que tiene una pinta tan infame que a su lado la inenarrable Casi 300 casi parecerá una obra maestra.
Y yo que creía que ya era lo suficientemente paródica Crepúsculo, con sus vampiros que no pueden comer, pero de todas formas cocinan spaguetti para agasajar a sus invitadas y ese hombre lobo completamente depilado a diferencia del protagonista de Teen Wolf, de pelo en pecho.
El caso es que los vampiros son tan rentables que también nos chupan la sangre a base de vendernos libros, merchandising y videojuegos, que han recaudado unos 1.600 millones de dólares. Algunos meses, yo no llego a ganar esa cantidad. Por eso los vampiros están últimamente hasta en la sopa sustituyendo a los clásicos fideos.
Casualmente, el mismo día que leo esta noticia, USA Today informa de que Anna Paquin, la protagonista de la vampírica True Blood, y Kristen Bell, la primera actriz de la vampírica Crepúsculo, aparecerán como invitadas en la cuarta parte de Scream, que prepara actualmente Wes Craven. Aunque sólo van a hacer un cameo, Craven ha debido pensar que con un poco de 'suertecilla' elevarán algo las cifras de recaudación. Con tal de hincar el colmillo a la taquilla vale todo, hasta reclutar en vez de a Paquin a "Paquirrín", como ha hecho Santiago Segura.
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