miércoles, 21 de septiembre de 2011

Zombies en Galicia

Los zombies siguen más de moda que nunca, y hasta en la pasarela Cibeles el otro día se coló uno, que por lo visto promocionaba la segunda temporada de The Walking Dead, a punto de estrenarse (próximo día 16 en USA, 17 en España en el canal Fox). 

Antes del verano, sucumbí a la curiosidad de leer el primer libro de "Apocalipsis Z", saga del gallego Manel Loureiro, que según todos los indicios parecía una versión cutre local de la imprescindible novela "Guerra Mundial Z". Pero me atraía la publicidad: "Olvídate de los vampiros. Si quieres pasar miedo de verdad, danos una oportunidad a los zombies". También podría argumentar que no tuve más remedio que leer eso, por razones profesionales, para contarlo en el blog... Pero es igual, no necesito excusas baratas. A mí no me importa reconocer que leo literatura basura, al fin y al cabo, ¡salen muertos vivientes!

El libro está bien hecho, no soy yo quien le ponga pegas a la arriesgada osadía del autor, un abogado que con un par de narices publica un libro de zombies en España. Me lo leí de un tirón. No me extraña que haya tenido éxito.

Pero a mí me rompe todo el clima de tensión que la acción transcurra aquí, en el país donde quien resulta más creíble es Don Quijote. Por ejemplo, cuando los muertos empiezan a salir de sus tumbas, el protagonista se encierra en su casa y sigue las noticias por Tele 5. ¡Es que me imagino a Belén Esteban comentando que los zombies deberían comerse el pollo! Y luego, para más coña, todas las cadenas retransmiten un discurso del rey a la nación.

¿Os imagináis a Don Juan Carlos hablando de zombies?

"Españoles, en estas fechas tan señaladas, me llena de orgullo y satisfacción", estoy seguro de que empezaría así el discurso. Y luego diría algo así como "la Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar que la lacra de los muertos vivientes...", etc., etc.

No sigo hablando de nuestro monarca, porque según mi experiencia la Casa Real lo rastrea todo, y lo lee todo. A mí, a pesar de ser 'compi' de la facultad de la mismísima Letizia, cada vez que he escrito sobre él me han llamado por teléfono. Pero eso, buff, es un tema curioso que puede ser polémico, así que mejor lo dejamos para otra ocasión.

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