viernes, 5 de agosto de 2011

El origen del Planeta de los Simios, hito de los efectos especiales

Soy un apasionado del cine de terror y fantástico chapado a la antigua, y me he quedado más anticuado que el contestador automático de Cleopatra. Pero lo cierto es que no soporto por regla general los personajes creados por ordenador e integrados en imágenes reales. No me parecen de verdad, creo que se nota mucho que están pegados, y prefiero mil veces a los Gremlins, los esqueletos de Jason y los argonautas de Ray Harryhausen, los Teleñecos y hasta al patético dragón de trapo de La historia interminable.

Pero aunque algunos nos hacemos más viejos y empeoramos, con el paso del tiempo los efectos especiales mejoran, como he podido comprobar esta semana, pues he tenido la ocasión de ver El origen del planeta de los simios, posiblemente la mejor película de género fantástico de este año.

Por primera vez un personaje virtual, el simio Cesar, creado por Weta Workshop, parece formar parte realmente de las imágenes en las que está integrado. Ha dejado muy atrás al penoso Hulk de Ang Lee, que no sé si tenía que asustar al público pero la realidad es que daba una penita el pobre. 

Le da vida mediante técnicas de captura de imagen el actor shakesperiano Andy Serkis, que logró avances significativos con Gollum y King Kong. Y logra una hazaña sin precedentes, tensión dramática cuando su personaje se junta en pantalla con otro pedazo de actor, James Franco, que parece mirar de verdad al animal, mientras que otros intérpretes, cuando trabajan en croma parecen estar mirando al vacío, sin enterarse muy bien de dónde están y a quién tienen delante.

Me atrevo con la osadía -seguro que algún purista me tira algún cuchillo- de pedir incluso una nominación al Óscar para Serkis, por dar vida a un personaje virtual. Y la secuencia del Golden Gate es, sin duda, un hito de los efectos digitales.

Un diez para el director, el prestigioso Rupert Wyatt, de quien la próxima vez que oiga hablar será la segunda.

Quisiera añadir que resulta un acierto que el film lo puedan ver quienes desconozcan la saga, pero también está lleno de referencias para los viejos apasionados: se habla de la nave del coronel Taylor, el film empieza con una cacería de primates calcada de la cacería de humanos del original y la madre de César se llama Ojos Claros, que es como la Doctora Zira llamaba al personaje de Charlton Heston.

Por cierto, las asociaciones en contra del maltrato animal están encantadas con estos efectos especiales, porque aunque durante la proyección crees que ves decenas de simios, resulta que en realidad ninguno es real. Todos están creados por ordenador. 

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