viernes, 19 de agosto de 2011

“Super 8”: Verano del 79

Durante mi infancia, tuve la suerte de ver Verano del 42, la película nostálgica por excelencia. Y aunque no había vivido la época que reflejaba la película, sí que podía entender en cierta forma la fascinación por el pasado que el director, el gran Robert Mulligan, quería transmitir. Ya por entonces especulaba con la posibilidad de que muchos, muchos, muchos años después algún realizador retratara con añoranza aquella época que yo estaba viviendo por aquel entonces con la sensación de que no iba a acabarse nunca.

Pues bien, el momento ha llegado. J.J. Abrams ha reconstruido su niñez en Super 8, que podría denominarse “Verano del 79”. Como Perdidos, empieza mejor que acaba, ya que los misterios del principio prometen un film memorable, y la exhibición de pirotecnia y efectos final resulta algo decepcionante, pero sin duda es uno de los estrenos más interesantes del “Verano del 11”.

La nostalgia es un sentimiento bonito, y sino que se lo digan a Ridley Scott, que añora la época en la que era uno de los grandes, y por eso la próxima película que va a dirigir es nada menos que Blade Runner (podría dejarnos con el recuerdo nostálgico y retirarse).

En mi caso personal los pueblecitos estadounidenses son tan distintos a la España de aquella época, que el film no me retrotrae a mi pasado, aunque sí que me toca la fibra sensible que remita a aquellas películas producidas por Steven Spielberg que tanto me emocionaban en los 80. No es casualidad que el Rey Midas haya aceptado aparecer como productor ejecutivo, y por lo visto haya aportado también recuerdos, aunque explica que casi todo, el 90 por ciento del film, se basa en los del propio Abrams, más que en los suyos.

Por norma general, los espectadores disculpan bastante los anacronismos en películas de épocas que no han vivido, y nos trae al fresco que en la época del Imperio Romano se reparta propaganda impresa (¿con qué imprenta?) de los combates de Gladiator, si luego el film es trepidante y vistoso. Pero, ¿qué pasa cuando la acción transcurre en épocas que conocemos bien? Los detalles nos pueden chocar bastante.

Es lo que pasa con la cinta de Abrams. Quizás su error es decir que todo transcurre en el 79, en lugar de dejarlo sin precisar y que el espectador imagine más o menos el año. Pero como se especifica, uno se pregunta, ¿qué hace ahí un Cubo de Rubik? Como me llamó la atención –al menos aquí a España llegó mucho más tarde– he mirado el dato y no se comercializó a nivel internacional hasta 1980, un año después.

Lo mismo ocurre con el walkman. Éste al parecer sí que fue lanzado por Sony en 1979, pero por entonces era tan caro, que pocos podían permitírselo, y desde luego sería extraño que lo tuviera un chico humilde de un pueblecito, como se ve en la cinta.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Este guionista es la bomba (escribir gratis II)

Comentaba en el anterior post que existe gente que escribe gratis, lo que me parece genial. Lo que no me resulta tan estupendo es que se sobreentienda siempre que los profesionales juntamos letras por amor al arte. Imaginen que llamara al fontanero para que me arreglase las cañerías, y que cuando el buen hombre pretendiera cobrar su trabajo, yo le respondiese que lo tenía que haber especificado antes.

-¡Ah, lo siento! Es que no ha dicho usted nada de que quería cobrar usted por su trabajo. Yo pensaba que trabajaría usted gratuitamente.

Pues esto tan absurdo, nos ocurre habitualmente a los profesionales de la palabra escrita. De hecho, los que tenemos la mala costumbre de comer, nos vemos obligados a preguntar en primer lugar si el trabajo es remunerado, pues si nos callamos siempre darán por hecho de que lo haremos por el puro placer. Y encima, cuando cometes la osadía de querer enterarte de si vas a cobrar, te miran con una mezcla de sorpresa e ira, como al j****o Oliver Twist cuando tuvo la indecencia de decir en el comedor que quería repetir.

Resulta que Jason Momoa no es el único que ha escrito un guión gratis. Leo en Los Angeles Times que un aspirante a colarse en la industria también había escrito un libreto del que se sentía orgulloso, por lo que llamaba a todas las puertas convencido de que se lo comprarían rápidamente. ¡Me lo quitan de las manos oiga!

Como le ignoraban por completo, decidió aprovechar su creatividad para que le hicieran caso en una agencia de talentos de Beverly Hills. El hambre agudiza el ingenio, y concibió una curiosa forma de llamar la atención. Dejaría su guión en un maletín negro, convencido de que alguno de los que trabajaban allí se fijaría en él, le echaría un vistazo y quedaría tan encantado con su trabajo que le llamaría por teléfono en menos que canta un gallo.

Por desgracia, el plan no le salió conforme a lo que esperaba. El primero que vio el maletín fue un guardia de seguridad. Aterrado ante la posibilidad de que se tratara de una bomba, llamó rápidamente a la policía. Acudió al lugar todo un escuadrón de agentes asustados que evacuaron a los presentes, así como a decenas de personas de negocios de los alrededores y acordonaron la zona. A continuación, hicieron estallar la maleta con el guión dentro.

Ojalá tenga otra copia de lo que había escrito. El hombre fue detenido, aunque enseguida le pusieron en libertad. Como se ignora el argumento de su guión cabe preguntarse si no le daría mejores resultados escribir una comedia negra, basada en su propia vida, sobre un guionista desesperado capaz de cualquier cosa para promocionarse al que todo le sale al revés.

martes, 16 de agosto de 2011

Escribir gratis: una pérdida de tiempo

Siempre me han resultado curiosos y dignos de admiración los tipos que le dedican media tarde a escribir un concienzudo artículo para la Wikipedia, por amor a la humanidad, a cambio de nada. O los que están horas y horas escribiendo artículos gratuitos para periódicos y webs, por pura satisfacción personal.

Ojalá yo no estuviera tan ocupado escribiendo a cambio de dinero para poder comer un plato caliente al mediodía, y me pudiera permitir tan trepidantes pasatiempos. Muchos mercenarios de la palabra (oscuros y tacaños seres que no escribimos ni una tarjeta de felicitación sin recibir pasta a cambio) suscribimos la siguiente frase:

"Todo aquel que escriba una línea sin haber dinero de por medio es un insensato". Lo dijo Samuel Johnson (Lichfield, 1709-Londres, 1784), poeta y lexicógrafo, ensayista, biógrafo, considerado el autor más citado en lengua inglesa después de Shakespeare. El gran Rafael Azcona aplicaba este pensamiento al cine, y decía "escribir un guión sin que te lo encarguen es una pérdida de tiempo. Aseguraba que siempre había trabajado de encargo, incluso cuando el guión se basaba en una de sus propias novelas.

Sin duda, no ha escuchado a Azcona el actor Jason Momoa, Khal Drogo en Juego de tronos y protagonista de Conan el bárbaro, que aseguraba hace unas semanas que ya había escrito por iniciativa propia el guión de la secuela. Sin que nadie se lo haya pedido. Y sin que se haya estrenado la primera parte.

Pues igual se lo tiene que comer con patatas a juzgar por la primera crítica que ha salido a la luz -la mía está embargada, o sea que todavía no la puedo publicar-. He leído críticas negativas de películas, pero ésta de ThePlaylist.com es especialmente cruel.

-"Teníamos esperanzas con Momoa tras verle en Juego de tronos a pesar de que no dice más de seis palabras en 10 episodios. Es bueno con la espada, pero no se apaña con el diálogo. El resto del casting no es mejor".

-"El director roba de otras películas, y no precisamente de clásicos: el prólogo de El señor de los anillos, la lucha entre el mentor y el alumno en un lago helado, de Batman Begins, y la batalla contra criaturas de arena de Spider-Man 3".

-"Se han estrenado muchas películas malas este año, pero al menos tenías la sensación de que esa gente quería hacerlo bien, como Sucker PunchConan el bárbaro es tan mala, que incluso sería infumable si fuera directo al DVD".

Y añaden una frase especialmente dura:

-"Deberíais evitarla como quien evita una horda de bandidos que quieran quemar tu aldea".

¡Por Crom! ¡Por favor! ¡Estos críticos! ¡Cómo se pasan! Me ha recordado al que se cebó con Crónica de una muerte anunciada, cuya reseña se titulaba "Crónica de una mierda anunciada".

viernes, 12 de agosto de 2011

Horrorizado tras ver “Cowboys & Aliens”

Fui a ver, iluso de mí, con buena predisposición Cowboys & Aliens, pues, tíos, ¡es una película que mezcla el western con marcianos! Si bien se puede considerar que en cierta manera Harrison Ford ya fue un cowboy, Han Solo, acompañado por un alien, Chewbacca, en La guerra de las galaxias, es la primera cinta que realiza este curioso cocktail, hasta donde yo alcanzo.

Pero salgo del cine horrorizado.

Como decía el agente Murtaugh (Danny Glover), en Arma letal, “ya estoy muy mayor para esto”, o sea, no sé si podría aguantar uno o dos bodrios pantagruélicos como éste, sin acabar sumido en una profunda depresión.

1. Para empezar, en los últimos años se habla mucho de la crisis de imaginación en Hollywood… Pues bien, resulta que ha ido a peor. Y sino, fijaos en el título de esta cinta. Que una película basada en el concepto de mezclar vaqueros y marcianos se titule Cowboys & Aliens, es muy simplón, algo así como si La boda de mi mejor amiga se titulara Resacón en Las Vegas con tías. Podría tener su gracia llamarse así si el film fuera de cualquier otra cosa, como por ejemplo de hackers filipinos.

2. Un film que se llame Cowboys & Aliens no puede limitarse a una sucesión de secuencias de cowboys pegándose con aliens, como si fuera un videojuego. Pues básicamente eso es todo lo que ofrece esta cinta.

3. Chicos, en la vida sed discretos, no llaméis la atención, y no salgáis de casa con una pata de pollo en la oreja y desnudos de cintura para abajo, porque la gente se os quedará mirando, y a la larga es un rollo. Mejor id vestidos más o menos como los demás, de forma convencional…

Pero si trabajáis en una profesión creativa, entonces os aconsejaría todo lo contrario: ¡haced mucho ruido! Y huid de lo convencional, de lo típico, de lo trillado. Y si sois guionistas o directores de cine y en vuestra película salen alienígenas, por favor, que no sean otra copia descarada del bicho de Alien, el octavo pasajero, como ocurre en todas las películas de alienígenas posteriores a 1979, cuando se rodó el film de Ridley Scott. Que sí, que es buenísima, pero esa película ya se ha hecho. Poned un escarabajo gigante, o un melocotón con garras, cualquier cosa, lo que sea que al espectador le pueda parecer un poco nuevo. Aportadnos algo de emoción a nuestras aburridas vidas.

Famosas películas retituladas por los guionistas de “Cowboys & Aliens

Centauros del desierto: “Indios y vaqueros”

Chicago: “Bailes & canciones”

Heat: “Polis y cacos”

Plan de vuelo: Desaparecida: “Alarma en el expreso pero en un avión”

Green Zone. Distrito protegido. “Bourne en Irak”

Por un puñado de dólares: “Yojimbo con cowboys”

Harry Potter: “Niños y varitas”

El último samurái: “Bailando con lobos pero con japoneses”

Alerta máxima: “Jungla de cristal en un barco”

Disturbia: “La ventana indiscreta con Shia LaBeouf

La comunidad: “El quimérico inquilino en España”

Instinto básico: “Asesinatos & sexo a mansalva”

Serpientes en el avión: “Serpientes en el avión”

Lo que el viento se llevó: “Drama sureño de 238 minutos de duración”

Pretty Woman: “My Fair Lady con una puta”

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿El cine alienta los suicidios?

Hace muchísimos años, cuando yo era peque (en la Era Mesozoica), las asociaciones de padres de alumnos lograron que se retirara la emisión de Mazinger-Z, mi serie favorita por aquel entonces, porque supuestamente era demasiado violenta. Además, la quitaron cuando el Doctor Infierno conseguía hacerse con la poderosa aleación Z de la que estaba hecho el robot protagonista, o sea en lo más interesante. Mi infancia se fue al traste.

Se suponía que nos iba a traumatizar la dureza de la serie y a arruinarnos la vida. Pues bien, lo que me traumatizó, me arruinó la vida y me convirtió desgraciadamente en lo que soy es que existieran tipos tan absurdos y aburridos en el mundo que pudieran entender que fuera violenta una serie que vista hoy da risa. ¡Si ni siquiera se mueven los dibujos!

Siglo XXI. Leo en Washington Post que ha salido otro de esos ‘reveladores’ estudios de sesudos universitarios que relacionan lo que se ve en las películas con la realidad. En concreto, se trata de un estudio del Centro Annenberg de Políticas Públicas de la Universidad de Pennsylvania, que alerta de que se ha triplicado el número de suicidios en Estados Unidos, al tiempo que se han incrementado también los que se muestran en pantalla. Para llegar a esta inquietante conclusión han analizado minuciosamente a lo largo de los años 855 películas.

Ahora bien, si atendemos a lo que dice el director del estudio, un tal Patrick E. Jamieson, “es imposible establecer una conexión de causa efecto entre ambos datos”. ¿Entonces para qué sirve vuestro trabajo? Para nada, porque vamos a ver, si no existe relación entre ambos fenómenos yo podría estudiar cualquier cosa e insinuar todo tipo de correlaciones absurdas. Por ejemplo, desde 1940 hasta ahora han aumentado vertiginosamente las películas en las que aparecen extraterrestres, mientras que en ese período se ha cuadruplicado el consumo de tomates. ¿Qué pasa que ver marcianos en la pantalla produce unas ganas tremendas de comer tomates?

Entiendo además que en las películas donde salen suicidios, por regla general se muestran también las consecuencias, (familiares hundidos, amigos desesperados ante la pérdida). Lo que sería en todo caso pernicioso sería una película mala donde no se viera el dolor que conlleva una tragedia de este tipo, o que ofreciera ideas desafortunadas para facilitar el trabajo a algún desafortunado en horas bajas que esté barajando la idea. O sea, podría haber algún caso concreto criticable.

Por lo demás, tiene cierta lógica que si esta clase de desgracias han aumentado en la vida real, esto se refleje en el cine, ¿no?

Por supuesto, Jamieson y su equipo recomiendan encarecidamente que se haga un estudio más en profundidad para que se determine lo ocurrido. No dicen que esperan que se les encargue a ellos esta tarea, y se les doble el presupuesto, claro, pero apuesto lo que sea a que les parecería una idea excelente.

En fin, les concedo el beneficio de la duda, ya que en el fondo sí que pienso que a veces puede haber conexiones entre las películas y los suicidios. Por ejemplo, a mí me entraron ganas de suicidarme viendo la reciente Green Lantern (Linterna verde), por lo mala que era.

lunes, 8 de agosto de 2011

Tendencias de la moda otoño-invierno en trajes de superhéroes

Muchas veces resultan completamente inexplicables algunas modas, como que a las chicas les dé por el 'gafapasterismo' y se pongan masivamente gafas de secretaria del Un, dos, tres, con las que se asustarán a sí mismas cuando se vean en las fotos dentro de 20 años. En algunos barrios todas las chicas van así mientras que todos los chicos llevan peinado mohicano.

Nadie está libre de culpa, ya que algún lector o el autor de este blog, igual ha sucumbido en alguna etapa de su vida a las modas más horteras, y se ha puesto los calentadores de Flashdance, las hombreras ochenteras, ropa de lunares, los pantalones bombachos o la gorra al revés, estilo Príncipe de Bel Air.

Como recordaba la bruja a la que interpretaba Meryl Streep en El diablo viste de Prada, las decisiones de los grandes gurús de la moda afectan hasta a aquellos que compramos la ropa en el mercadillo, donde este año se llevan los colores ácidos porque la ropa que allí llega imita la de los diseñadores más fashion del momento.

También se notan las modas en lo que a trajes de superhéroes se refiere. De hecho, en los últimos tiempos han salido algunos avances de las últimas tendencias en ropa superheroica. Para la temporada otoño-invierno se prevé que triunfe el estilo de las primeras fotos que han salido a la luz de Man of Steel y The Amazing Spider-Man, donde los protagonistas son más 'fashion-victims' que nunca.

Como se puede apreciar en las fotos, se ha quedado desfasado el estilo negrura total de El caballero oscuro, el modelo armadura de los antiguos Batman y sobre todo el verde, desterrado al olvido tras los poco estimulantes resultados de taquilla de cualquier supertipo que haga bandera de este color –The Green HornetHulkGreen Lantern (Linterna verde)–.

Como se ha podido ver en las pasarelas para superhéroes de París y Milán, y las demás capitales internacionales de la moda, este año priman los azules y rojos y la textura rugosa a imitación de una pelota de basket. No sabemos si Edna Moda, la diseñadora de trajes de Los increíbles, habrá tenido algo que ver en esto.

viernes, 5 de agosto de 2011

El origen del Planeta de los Simios, hito de los efectos especiales

Soy un apasionado del cine de terror y fantástico chapado a la antigua, y me he quedado más anticuado que el contestador automático de Cleopatra. Pero lo cierto es que no soporto por regla general los personajes creados por ordenador e integrados en imágenes reales. No me parecen de verdad, creo que se nota mucho que están pegados, y prefiero mil veces a los Gremlins, los esqueletos de Jason y los argonautas de Ray Harryhausen, los Teleñecos y hasta al patético dragón de trapo de La historia interminable.

Pero aunque algunos nos hacemos más viejos y empeoramos, con el paso del tiempo los efectos especiales mejoran, como he podido comprobar esta semana, pues he tenido la ocasión de ver El origen del planeta de los simios, posiblemente la mejor película de género fantástico de este año.

Por primera vez un personaje virtual, el simio Cesar, creado por Weta Workshop, parece formar parte realmente de las imágenes en las que está integrado. Ha dejado muy atrás al penoso Hulk de Ang Lee, que no sé si tenía que asustar al público pero la realidad es que daba una penita el pobre. 

Le da vida mediante técnicas de captura de imagen el actor shakesperiano Andy Serkis, que logró avances significativos con Gollum y King Kong. Y logra una hazaña sin precedentes, tensión dramática cuando su personaje se junta en pantalla con otro pedazo de actor, James Franco, que parece mirar de verdad al animal, mientras que otros intérpretes, cuando trabajan en croma parecen estar mirando al vacío, sin enterarse muy bien de dónde están y a quién tienen delante.

Me atrevo con la osadía -seguro que algún purista me tira algún cuchillo- de pedir incluso una nominación al Óscar para Serkis, por dar vida a un personaje virtual. Y la secuencia del Golden Gate es, sin duda, un hito de los efectos digitales.

Un diez para el director, el prestigioso Rupert Wyatt, de quien la próxima vez que oiga hablar será la segunda.

Quisiera añadir que resulta un acierto que el film lo puedan ver quienes desconozcan la saga, pero también está lleno de referencias para los viejos apasionados: se habla de la nave del coronel Taylor, el film empieza con una cacería de primates calcada de la cacería de humanos del original y la madre de César se llama Ojos Claros, que es como la Doctora Zira llamaba al personaje de Charlton Heston.

Por cierto, las asociaciones en contra del maltrato animal están encantadas con estos efectos especiales, porque aunque durante la proyección crees que ves decenas de simios, resulta que en realidad ninguno es real. Todos están creados por ordenador. 

miércoles, 3 de agosto de 2011

"El resplandor", la película más terrorífica de la historia

Más de veinte años llevan James Gross y Robert Levenson, dos psicólogos americanos, realizando un exhaustivo estudio sobre las películas de todos los tiempos que más afectan a los espectadores. Para ello, han revisado 250 títulos elegidos entre los más representativos de cada género, y han realizado experimentos desde 1988 con más de 500 personas.

La conclusión de estos dos ilustres científicos después de todo este esfuerzo es bastante concluyente: las películas más terroríficas de la historia son El resplandor y El silencio de los corderos.

En fin, ya lo sabía. Y sin necesidad de estudiar psicología y después pasarme veinte años viviendo por la patilla. Me basta con recordar que cuando vi esas dos películas no dormí en dos semanas, aunque añadiría alguna más, como ¡Suspense!El exorcistaEl sexto sentido o Psicosis que no me dejaron precisamente con una sonrisa en los labios.

Pero bueno, digamos que la elección es bastante razonable. Los films de Stanley Kubrick y Jonathan Demme no sólo no dejan indiferentes ni a las piedras, sino que son bastante redondos. Con lo que no estoy del todo de acuerdo es con su elección de película más triste de la historia.

Después de todas sus pruebas y experimentos los psicólogos han determinado que queda científicamente demostrado que la película más lacrimógena de todos los tiempos es Campeón, de Franco Zeffirelli.

En fin, no voy a negar que tuve la suerte (o la desgracia, porque aún estoy sobrecogido) de ver la peliculilla de marras cuando tenía 10 u 11 años. Y en fin, cualquier niño que vea la escena final (atención SPOILER) puede sufrir un shock cuando el chaval protagonista le dice a su padre aquello de "campeón, despierta", mientras éste yace moribundo en el ring, después de haberse dejado los piños para ganar dinerillo y mantener la custodia de su hijo. Tiemblo sólo de recordarlo (fin del SPOILER).

Vale, vale, el que no llore como un 'magdaleno' con eso, no es humano. Me río del test de Voigh Kampff de Blade Runner, diseñado para evaluar la capacidad de empatía de los humanos, pues sería más rápido un vídeo de la secuencia en cuestión y el que no suelte lágrimas a mansalva será un replicante con total seguridad.

Pero no estoy de acuerdo. Los investigadores deben ser americanos y no se han planteado que existe cine en el resto del mundo. Sin necesidad de realizar ningún estudio se me ocurre que La tumba de las luciérnagas, de Isao Takahata, el mentor de Hayao Miyazaki, produce la intensa tristeza del final del film del boxeador, pero desde la secuencia inicial, y posteriormente va en aumento durante sus 90 minutos de metraje. He visto a enormes friquis barbudos con pinta de moteros llorando. Yo personalmente la tengo miedo, es la única película que temo volver a ver, porque me produciría un auténtico trauma. 

lunes, 1 de agosto de 2011

Mi "date" con una apasionada de George R.R. Martin

Está más de moda que nunca el escritor George R.R. Martin, pues muchos de los que han seguido la serie Juego de tronos (una de las mejores, sino la mejor de la década) y no habían leído los libros, los están recuperando ahora. El sábado tuve una bonita 'date' con una inteligente y guapísima chica que ya era fan antes. Todo fue bastante idílico pues estuvimos viendo una estupenda obra de teatro, tuvimos una fantástica cena, y mucha conversación. Pero por desgracia, salió el nombre de Martin a relucir, cuando ella aseguró que no le había gustado del todo que no se respetaran cosas de la obra original. ¡Buff!

-Visita una web cuya dirección te puedo dar que cuenta lo que se ha cambiado.

-¿Y qué más da? Lo importante es que la serie esté bien. No me interesa nada lo que varíe –respondí yo que no me he leído, ni leeré los libros, ya que la vida es demasiado corta.

-¿Ni siquiera por curiosidad?

–No tengo curiosidad ninguna.

-Pero entonces, en el caso de Tolkien, y El señor de los anillos...

-Buff, tema espinoso –dije yo que creía que ya había acabado el tormento de los dolidos por la ausencia de Tom Bombadil y otros elementos sabiamente modificados por Peter Jackson. Total, que como podéis suponer la 'date' se fue a la porra.

Así que por la noche tuve una pesadilla horrible. Como sabéis, Martin ha publicado 5 de las 7 novelas que formarán la saga "Canción de hielo y fuego", de donde sale la serie de HBO. Pero el hombre, a sus 62 años, con sobrepeso, tiene problemas de salud. Soñé que como hace poco mantuve una entrevista con Jason Momoa (Khal Drogo en la serie) me enviaban a otra entrevista con Martin.

-¿Le ha gustado la serie? –le preguntaba yo al Gordo Ca**ón (os aseguro que así le llamaba su propia fan con muchísimo cariño).

–Sí, aunque me han cambiado algunas cosas los muy cretinos, ¿no le parece que eso es una herejía?

-No –explicaba yo que nuevamente no podía morderme la lengua–. Si la serie está bien, que le den por saco a sus libros.

Entonces Martin se me quedaba mirando con cara de odio, de repente se llevaba la mano al corazón, le daba un infartazo y fallecía. ¡Sin acabar las dos novelas restantes!

Desde ese día, miles de friquis rodeaban la redacción, y esperaban que yo saliera para lincharme... Por suerte, ha sido sólo una pesadilla, al menos mientras que a Martin no le dé por visitar España.