viernes, 15 de abril de 2011

Yo he chillado con "Scream 4"

Cuando yo era joven -allá por el Pleistoceno- y veía las películas de John Carpenter o Wes Craven, los más mayores me decían: "El terror ya no es lo que era, ahora sólo hay sangre y vísceras. Los personajes son planos". El astuto Craven acusa ahora de eso mismo (a través de uno de los personajes de Scream 4a las películas que hacen ahora los realizadores que le han relevado generacionalmente -la saga de Saw es la que queda peor parada-, y luego entrega unas buenas dosis de lo que él sabe hacer.

Y lo curioso es que algo de razón tiene el viejo tío Wes. En su película sus personajes me caen simpáticos, cosa que no han conseguido los responsables de la saga de Jigsaw, más ocupados en concebir trampas pornográfico-violentas. El veterano cineasta demuestra, una vez más, que si los personajes gustan, las secuencias de suspense se lo hacen pasar mucho peor al espectador.

Tiene también su encanto que Craven tenga como referencia al inalcanzable Alfred Hitchcock, al que homenajea todo el tiempo, pues no puede tener un maestro mejor, y que entre tanta referencia metacinematográfica, también demuestre que sabe crear tensión.

Acabo de ver Scream 4 y lo he pasado como un enano. Las buenas dosis de reflexiones sobre el género, que incluía la cinta original, se fueron diluyendo progresivamente en las secuelas. Pero ahora, más de una década después de la última entrega, han ocurrido muchas cosas, y el guionista original, el friqui Kevin Williamson, se permite el lujazo de analizarlas todas con buenas dosis de crítica y de gracia.

Metacine a mansalva

Incluso califica el estilo metacinematográfico del primer Scream de rollo postmoderno desfasado, o sea que por no dejar títere con cabeza, hasta arremete contra sí mismo. En el punto de mira están sobre todo los reboots de franquicias que tan de moda están ahora mismo, y el film acaba siendo uno de esos remakes-reinicios concebidos para atrapar a los antiguos seguidores y captar a las nuevas generaciones.

En suma, si estás leyendo un blog que se titula "La mansión del terror", no te pierdas Scream 4: es tu película, y además resulta lo suficientemente amena. Lo que más miedo da es el lifting que le han hecho a la pobre Courteney Cox, ¡con lo que me gustaba esa chica! Pero esa es otra historia...

No tiene nada que ver, pero el título de Scream siempre me ha recordado a aquel monólogo tan gracioso y surrealista de Roberto Benigni en Bajo el peso de la ley (Down By Law), película de culto que cuando la ponían en las sesiones de madrugada del Alphaville conocíamos como "Don Bailao". El italiano se lucía en aquella escena tan surrealista en la que decía eso de "I scream, you scream, we all scream for Ice Cream", con un acento italiano tronchante.



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