miércoles, 13 de abril de 2011

China prohíbe los viajes en el tiempo

Escribía un amiguete que se dedica a eso de la Economía, Eulogio López, que China " Es la mezcla de lo peor del comunismo y lo peor del capitalismo". Desde luego, siguen quedando esos atisbos de tiranía del peor totalitarismo estalinista. Ahora, el gobierno ha prohibido que se rueden películas que incluyan en su trama el viaje en el tiempo.

No, no es una broma fruto de mi absurda imaginación. Según la web China Hust se exceden usando este recurso en los telefilms. Hombre, yo confieso que a veces me ha puesto nervioso que se abuse de esto, por ejemplo en Harry Potter y el prisionero de Azkaban, donde me parece trampa que los protagonistas puedan retroceder tres horas en el tiempo y solucionarlo todo. Así deja de impactarme cualquier muerte o giro dramático porque en el contexto de la película todo vale. 

Pero, ¿debería prohibir el gobierno a Harry Potter?

Yo en el fondo preferiría que se siguieran haciendo películas sobre viajes en el tiempo, porque me hacen soñar con que un día se descubrirá la forma de ir hacia atrás, y poder exterminar a Jesulín de Ubrique unos minutos antes de que conozca a Belén Esteban.

La Oficina General de Radio, Film y Televisión justifica su decisión porque últimamente muchas producciones nacionales abusan de este tema, como Shen Hua, una serie sobre unos adolescentes que viajan a la China de la dinastía Qin. "Los productores y los guionistas están tratando la Historia de manera frívola", argumenta la Oficina, según la cual estas series "demuestran una falta de respeto hacia la Historia".

Además, la Oficina también ha aprovechado la ocasión para prohibir las adaptaciones de las que están consideradas las Cuatro Grandes Novelas Clásicas de la Literatura China: "El romance de los tres reinos", "A la orilla del agua", "El viaje al oeste" y "El sueño de la cámara roja". "Existe una opinión mayoritaria en contra de nuevos remakes porque los últimos se han hecho con mucha prisa y cambian cosas del material original".

¿Os parece bien que el Gobierno se convierta en crítico de cine, opine y prohíba lo que no le guste. Por ejemplo, imaginad que en España se inhabilite para volver a hacer cine a los responsables de Campamento Flipy o Lope o que no se le permita a Arturo Pérez-Reverte volver a escribir? En fin, de momento el gobierno español (aunque he visto muchos casos de insumisión) ha prohibido el tabaco en las obras de teatro.

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