
Imagino que si uno es famoso, tiene la sensación de que su vida es absolutamente pública y de que todo el mundo lo sabe todo sobre ti. No tengo ni idea, pero no deja de sorprenderme que la gente me hable como si yo les conociera de toda la vida.
Esta semana he mantenido una entrevista con Vin Diesel y después con Elsa Pataky, con motivo del estreno de Fast & Furious 5, pero a pesar de lo que indica el título de la película tardé un montón porque me hicieron esperar mucho. El mayor hito cinematográfico de la Pataky hasta el momento ha sido aquel momentazo impagable del clásico Serpientes en el avión (la única comedia de aviones que arranca más carcajadas que Aterriza como puedas), cuando promocionaba nuestro aceite de oliva, ¡como un remedio casero infalible contra las picaduras de serpientes! ¡Viva el apoyo hacia los productos de la patria! En fin, confieso que no me apasiona especialmente esta actriz, pero también es cierto que en persona resulta ser maja, y se deshizo por atendernos en las entrevistas.
Me comentó que me iba a contar una historia muy divertida. Resulta que al parecer tanto ella como su legítimo esposo estrenan superproducción 'palomitera' el mismo día. Ambos están picados, a ver cuál de las dos películas sale vencedora en el Box Office.
La historia seguro que es graciosa. Pero esto de no ser adicto a los programas del corazón tiene sus desventajas. Ignoro absolutamente quién rayos (o truenos) es el marido de la Pataky, y confieso que además me trae al pairo. Creo recordar que salía con Adrien Brody en los tiempos de Manolete. Me he puesto a mirar los otros estrenos que compiten contra la Pataky el viernes y a no ser que sea esposa de Montxo Armendáriz o del protagonista de Tokio Blues (Norwegian Wood), posiblemente esté con Thor, el Dios del Trueno. ¡Vaya usted a saber!
Me viene a la memoria cuando trabajaba en un teatro, y estando de portero me viene una señora que me pregunta si tengo entradas a su nombre. ¿A qué nombre? (Daba por supuesto que yo sabía su nombre por oscuras razones). "Belén Esteban", respondió. "Ah, encantado", respondí. "Yo soy Juan Luis Sánchez". No sé si aquella señora habrá llegado a algo en la vida.
Reconozco que en mi anterior entrada me cebé demasiado con los publicitarios, contando varias cosas malas, pero ninguna buena. Es verdad que a veces me paso tres pueblos y puedo resultar bastante hiriente, y sino que le pregunten al productor de
El gigantesco cartel publicitario de la reposición de la serie
El metro de Londres ha puesto en marcha un interesante experimento llamado
Cuando yo era joven -allá por el Pleistoceno- y veía las películas de
Escribía un amiguete que se dedica a eso de la Economía,
Informa
Mal desenlace tuvo el Festival de Málaga, con
Hay películas que dan miedo por su ambientación, y porque cuentan una historia inquietante, pero otras provocan pánico por lo malas que son. El terror es un género muy maltratado y desagradecido. No exagero si digo que un 90 por ciento de lo que se produce tiene poca calidad, y el problema es que cuando una película fantaterrorífica es mala... ¡es muy mala!