Por ejemplo, en las películas de casas encantadas tipo Poltergeist, ocurren cosas inexplicables y a veces repulsivas, o aparecen espíritus del más allá con aspecto espeluznante. Los protagonistas se quedan a ver qué ocurre, ponen cámaras, o como mucho llaman a un parapsicólogo. En la vida real, no sé qué harían los demás, pero yo personalmente la primera vez que viera que las sillas de mi casa se mueven solas, saldría de allí disparado, como alma que lleva el diablo, antes de que alguna niña fuera absorbida por el televisor, y no regresaría jamás.
En el cine eso no puede pasar. Si los protagonistas ponen tierra de por medio, se acaba la película. Así que los espectadores tienen que poner de su parte, y suspender la incredulidad, por el bien de llevarse unos buenos sustos.
De la misma forma, hay que hacer la vista gorda ante la acumulación de numerosos lugares comunes. Por ejemplo, si estamos viendo una película de terror y un personaje se pone a afeitarse y/o maquillarse delante de un espejo, ¡sabemos que se va a llevar un susto! En las películas de hace unos años le pasaba algo 'chungo', pero ahora lo más normal es que sea una falsa alarma: típico gato que de repente aparece reflejado o algo así.
¿Qué pasa si sale en la película un camión del ejército con la inscripción "Danger"?
¿Y si el protagonista llama al sheriff para decirle que hay un cadáver en su casa?
¿Y si un grupo de chicas se ríe del tonto de la clase?
En fin, esto seguro de que no soy el único 'tarao' capaz de contestar a todas estas preguntas...
La película Scream les sacaba punta con mucha gracia a estos tópicos, para alborozo de los que llevábamos toda la vida viendo subproductos de serie B alquilados en el videoclub, que sabíamos de qué estaban hablando. En DECINE21, hemos elaborado una lista con los 50 más habituales. ¡Estoy seguro de que los fans del fantaterror las reconocerán e incluso aportarán alguno que otro más!
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