El film, dirigido por Juan Martínez Moreno, está producido por Vaca Films, la empresa responsable deCelda 211. Deberían ponerle al lincántropo la voz de Malamadre (Luis Tosar).
Debe ser divertido convertirse en hombre lobo.
Sabine Baring-Gould fue un erudito británico del siglo XIX, que despuntó en el terreno de la arqueología, la poesía y hasta la teología. Pastor anglicano, fue enviado a ejercer su ministerio a Horbury (Yorkshire), donde se enamoró de Grace, con la que se casaría y tendría quince hijos.
Baring-Gould fue un gran investigador en el campo de la lincantropía. En"El libro de los hombres lobo", publicado en España por Valdemar, realiza un completo estudio de este asunto, e incluso llega a dar una receta rusa para convertirse en hombre lobo, por si alguien se anima:
Quien desee convertirse en un oborot [hombre lobo en el folklore ruso], habrá de buscar en el bosque un árbol caído; deberá pincharlo con un pequeño cuchillo de cobre, y caminar alrededor del árbol repitiendo el siguiente hechizo:
Sobre el mar, sobre el océano, sobre la isla, sobre Bujan, sobre los pastos vacíos luce la luna...
A continuación se salta tres veces por encima del árbol y se puede ir corriendo al interior del bosque, transformado en lobo.
Es bastante más sencillo que la receta de la ensaladilla rusa, un plato que me resulta muy complicado de preparar, pero es porque soy un inútil para la cocina.
He encontrado por internet otras muchas recetas interesantísimas para transformarse:
-Ser mordido por un hombre lobo y sobrevivir al ataque, al estilo Un hombre lobo americano en Londres. Lo malo es que se puede morir en el intento, porque resulta difícil convencer a la bestia de que te muerda, pero sólo un poco.
-No confesarse durante 10 o más años. Me parecen muchísimos... Y si me muero antes, la hemos liado...
-Ser el séptimo hijo de un séptimo hijo. Yo ya difícilmente podré serlo, aunque podría tener siete hijos y que el más pequeño se animara también a seguirme el juego...
-Mantener relaciones sexuales con un lobo. Uy, ésta mejor no, buff.
Me lo estoy pensando, ya que tengo una lista enorme de cantamañanas que se merecerían ser mordidos. El problema de todas estas recetas, es que no viene el antídoto. El único que conozco es el sistema tradicional, pero eso de descerrajarse una bala de plata en la cabeza me parece un tanto doloroso.
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