Total que el chico fue puesto de patitas en la calle, amistosamente, eso sí, pero vamos, que era mejor para ambas partes que se fuera con la música de Danny Elfman a otra parte. Es como si los creadores de Barrio Sésamo hubieran fichado a Lars Von Trier, posiblemente al cabo de dos semanas le habrían dicho que sí, que veían que podía tener futuro en eso del cine, pero que no les cuadraba mucho que rodara sketchs de Epi y Blas.
Ha pasado el tiempo, y aquel chico gótico con pelos raros al que habían despedido de Disney se convirtió en Tim Burton, uno de los realizadores más prestigiosos del cine de Hollywood actual, y que además da dinero en las taquillas. Y entonces, Burton ha vuelto por la puerta grande a Disney, a rodar una versión en imagen real de Alicia en el País de las Maravillas que os recomiendo a todos porque es sencillamente (parafraseando la película) "gloriciosa".
Y claro, como ahora es Tim Burton, parece que le dejan a su aire, hasta el punto de que ha 'colado' una secuencia un poco 'gore' con un ojo, que ciertamente, luego tiene su sentido en la trama del film. Imagino que los ejecutivos de Disney se habrían asustado en un primer momento, porque la peli le ha quedado un tanto 'siniestra' para el público más infantil. Seguro que alguno de los jefes gritaría aquello de "que le corten la cabeza", pero después decidieron dejar hacer y deshacer al director. Y no les ha ido mal, pues el film ha arrasado en las taquillas.
Burton ha rodado una apología de la fantasía y la locura sana, de ésa que lleva al hombre a acometer aventuras supuestamente 'imposibles' que son las que hacen avanzar a la humanidad. Por si hubiera confusiones con otros tipos de locura, al personaje que ve alucinaciones se le manda a consultar a un profesional.
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